IMBABURA

El Volcán Imbabura, también llamado cariñosamente Taita Imbabura, es uno de los íconos más poderosos de la provincia. Con una altitud de 4.640 m s. n. m., este coloso apagado es mucho más que un volcán: es una figura espiritual, protectora y paternal en la cosmovisión andina, símbolo de fuerza, abundancia y fertilidad.

La caminata hacia su cumbre comienza generalmente desde Cashaloma, a unos 3.000 m de altitud, y atraviesa diferentes pisos ecológicos: bosque húmedo altoandino, páramo andino y, finalmente, su característico cráter erosionado. La travesía es exigente, ideal para personas con buena condición física y espíritu aventurero.

Durante el ascenso, las vistas son majestuosas: hacia el sur, el Lago San Pablo; al norte, la ciudad de Ibarra; y al oriente y occidente, cadenas montañosas que rodean y acompañan al Tayta como su comunidad eterna.

En la tradición oral kichwa, el Imbabura es esposo de la Cotacachi y padre de otras montañas menores. Cada amanecer en su cumbre es un reencuentro con la historia, el territorio y la memoria viva del pueblo andino.

Duración: 7 a 10 horas ida y vuelta
Altitud máxima: 4.640 m s. n. m.
Nivel: exigente

¿Qué incluye?

  • Transporte y traslados a los destinos según itinerario
  • Caminata guiada
  • Acompañamiento
  • Paradas para respirar, contemplar y compartir
  • Registro fotográfico básico

No incluye

  • Propinas
  • Costo de actividades opcionales

Que llevar

  • Mochila cómoda (pequeña o mediana)
  • Ropa para frío (Chompa, guantes, bufandas, gorros, ropa de rápido secado, medias de algodón)
  • Zapatos cómodos para caminar de montaña o buen agarre
  • Botellas de agua (Termo)
  • Snack energético (fruta, frutos secos, barras, galletas)
  • Protector solar y gafas de sol
  • 1 impermeable sencillo (Temporada de lluvia)
  • Bastones de trekking (opcional)

VOLCÁN IMBABURA

Llamado cariñosamente Taita Imbabura, es uno de los íconos más representativos de la provincia, con una altitud máxima de 4.640 m s. n. m., este coloso apagado es mucho más que un volcán: es una figura espiritual, protectora y paternal en la cosmovisión andina, símbolo de fuerza, abundancia y fertilidad.

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